Fonética/Fonología – Justificación

Para que la comunicación oral sea eficaz, el emisor ha de emitir un mensaje que se entienda también desde el punto de vista articulatorio.

Las niñas y los niños, desde que empiezan a balbucear, van mejorando su capacidad de producción de sonidos (articulación) y su organización secuencial (organización de esos sonidos) en las palabras. Mientras esa capacidad mejora, utilizan simplificaciones del habla, consideradas evolutivamente normales, que poco a poco van desapareciendo hasta alcanzar la fonética-fonología propia de cada idioma. 

Cuando la evolución no es la esperada nos encontramos con retrasos y trastornos en este componente. 

Los trastornos de habla y articulación tienen consecuencias y se relacionan con: pobre desarrollo del vocabulario y de la morfosintaxis, una limitación comunicativa que reduce su interacción con los demás, peor estatus social y dificultades de integración, dificultad en el acceso a la lectura y la escritura,… 

Colaborar en la escuela al desarrollo de este componente formal del lenguaje es posible y deseable. La capacidad de observar la existencia o no de los fonemas propios de cada edad y detectar dificultades  en la organización de los mismos en las palabras permitirá dar la respuesta más adecuada de forma conjunta. Las dificultades leves podrán ser superadas y las más complicadas o persistentes en el tiempo necesitarán de una evaluación e intervención más específica.