Velocidad de denominación. Justificación

La velocidad de denominación o denominación rápida (RAN en inglés, Rapid Automatized Naming) es la habilidad para nombrar tan rápido como se pueda estímulos visuales altamente familiares, tales como números, letras, colores u objetos (Georgiou, Parrilla, & Liao, 2008).

En las tareas de denominación rápida se pone en juego el procesamiento visual y la rapidez con la que se recupera la información fonológica almacenada en la memoria a largo plazo (acceso al léxico fonológico).

Los expertos dicen que la VD cubre los procesos complejos implicados en  la lectura: sistemas verbales, visuales y motores, antes que los niños realmente aprendan a leer.

En realidad, todavía existen pocos estudios que han analizado el impacto del entrenamiento de la velocidad de denominación, pero es lógico pensar  que las  tareas  de VD pueden favorecer el aprendizaje del vocabulario trabajado, su automatización y reforzar las representaciones fonológicas y el acceso a las mismas (al asociar una imagen a una representación fonológica y repetirla con frecuencia), lo cual tendrá un efecto en la recuperación fonológica para leer con rapidez.

Un reciente estudio de Gutierrez (2018), que tenía como objetivo analizar el efecto que la intervención conjunta en conciencia fonológica, velocidad de denominación  y conocimiento alfabético tiene sobre el aprendizaje de la lectura (durante el proceso de adquisición),  concluye que el desarrollo de modelos didácticos que integran estas variables mejora el aprendizaje lector en las primeras edades y previenen las dificultades lectoras.

Hoy en día la VD se considera como un importante predictor lector (Poulakanaho et al., 2007), tanto en ortografías transparentes (Holopainen, Ahonen, & Lyytinen, 2001; Lepola, Poskiparta, Laakkonen, & Niemi, 2005) como en menos transparentes, como el inglés (Kirby, Parrilla, & Pfeiffer, 2003) y la inclusión de tareas de VD en baterías de cribado ayuda a la detección temprana de  las dificultades lectoras, ya que los niños y niñas que tienen dificultades con la lectura son más lentos en estas tareas.

Al mismo tiempo, realizar este tipo de tareas  puede servir también para detectar al alumnado con dificultad para adquirir o evocar el vocabulario trabajado y al que tiene dificultad para identificar y nombrar los símbolos que representan números y letras trabajados previamente, lo que permite ajustar la intervención y realizar un seguimiento más individualizado para mejorar en ello.