A la hora de diseñar programas para trabajar las actividades fonológicas es importante tener en cuenta las siguientes cuestiones generales:
- Ayuda mucho al desarrollo de la metafonología la música y el ritmo, canciones, poemas
- Actividades motrices que acompañen a la actividad (saltos, pasos, palmadas…).
- La secuencia por niveles sería la siguiente: conciencia léxica, conciencia de la rima, silábica y fonémica.
- Hay evidencia de que la metafonología se trabaja mejor en grupo que de forma individual.
Estas actividades pueden trabajarse también en grupos pequeños, en parejas, en grupos interactivos, por rincones, etc.
- Mayor eficacia realizando actividades lúdicas.
- El uso de palabras técnicas como “sílaba” o “fonema” dificulta la comprensión de las actividades, sobre todo en los niños más pequeños.
- Si aparece la palabra escrita, hemos de asegurar que realmente pedimos un ejercicio de metafonología y no de lectura.
Variables de dificultad
- Se facilita la tarea si usamos apoyos visuales (material gráfico de apoyo, gestos fonéticos,…)
- Identificar es más fácil que manipular
- Las manipulaciones simples (omitir y añadir) son más fáciles que las complejas (sustituir y cambiar el orden)
- Las manipulaciones en las sílabas iniciales o finales es más fácil que en las intermedias
- El trabajo con palabras cortas es más fácil que con las largas.
- El trabajo con sílabas directas es más fácil que con inversas, mixtas o trabadas.
- Es más fácil tomar conciencia de aquellos fonemas que podemos alargar (vocales, s, f , rr, g, …) que de los fonemas cortos como p, t, o k.
- Las tarjetas con dibujos que representen las palabras que se trabajan pueden facilitar las actividades, ya que el alumnado no tiene que estar pendiente de recordar la palabra que está analizando.