El desarrollo del principio alfabético se logra con la comprensión de que existe una relación sistemática y predecible entre las letras (grafemas) que componen el alfabeto y los sonidos (fonemas) que representan.
Este momento se corresponde con la fase alfabética en el proceso de desarrollo del aprendizaje de la lectoescritura que siguen todas las niñas/os según el modelo explicativo de Frith (1984,1985 y 1995), uno de los modelos más aceptados por los investigadores en este campo (Rueda, 1995; Cuetos, 2014; Jiménez y Ortiz, 1995).
El aprendizaje del código alfabético se puede lograr siguiendo diferentes métodos de enseñanza que han sido argumentados, analizados y criticados a lo largo del tiempo. Sin embargo, la evidencia científica actual nos guía a seguir el método sintético (fonológico), precedido de un buen entrenamiento en habilidades fonológicas. La adquisición de la lectura desde la evidencia científica. Joana Acha.
El principio alfabético tiene los siguientes componentes básicos:
- conocimiento de las letras.
- correspondencia grafema-fonema.
- la habilidad para combinar los sonidos resultantes para formar una sílaba y/o palabra.
Conocimiento de las letras
Para leer convertimos en lingüística una tarea que inicialmente se presenta como estímulo visual.
Cuando se nos presenta una letra necesitamos distinguir sus rasgos visualmente y así la identificamos como tal (no como un número u otro símbolo) y la asociamos a un nombre o a un sonido.
El conocimiento de las letras o conocimiento alfabético medido en Educación Infantil parece ser el mejor predictor del aprendizaje inicial de la lectura. Informe del National Early Literacy Panel (2008), página 59 (AK o Alphabetic Knowledge).
Correspondencia fonema grafema.
En un sistema alfabético y transparente como es el del español y el euskera el aprendizaje del código alfabético, de las reglas de conversión grafema-fonema (RCGF), es el paso previo a la lectura (decodificación) y escritura (codificación).
Sin embargo, reconocer o evocar el sonido de una letra es un proceso complejo por su arbitrariedad, ya que no hay nada en el signo gráfico que nos ayude a identificar su sonido.
Existen meta-análisis que muestran un efecto positivo de la enseñanza sistemática de relaciones entre letras y sonidos entre 3º de infantil y 1º de primaria (WWC, 2010; Suggate, 2014)
Dicha intervención en la enseñanza de las relaciones entre letras y sonidos, parece que es entre 3º de Educación Infantil y 1º de primaria cuando más efecto tiene, con todo el alumnado y, también, con el que presenta trastorno de aprendizaje o en riesgo de tenerlo.
Por otra parte, para leer y escribir con fluidez y poder adquirir información de un texto escrito, no solo se debe conocer el código alfabético, sino que ha de automatizarse la aplicación de las reglas grafema-fonema y fonema-grafema.