Las estrategias de lectura que se presentan en este apartado, no hacen referencia a ningún método de enseñanza de la lectura.
En Ed.Infantil y primeros ciclos de Primaria fundamentalmente, al hablar de estrategias lectoras, se quiere hacer referencia a experiencias de aprendizaje relacionadas con la lectura temprana en el primer caso, como la lectura compartida, y a estrategias dirigidas a la mejora de la decodificación lectora en el segundo caso. La decodificación (más concretamente la fluidez lectora) es uno de los elementos clave de la ecuación del modelo simple de lectura (Gough y Tunmer, 1986), junto a la comprensión oral, para lograr una lectura comprensiva.
La lectura compartida, definida como una actividad en la que un adulto lee en voz alta a un/a niño/a, contribuye de manera importante al aprendizaje del niño a leer (Bus, Van Ijzendoom, Pellegrini, 1995; Scarborough y Dobrich, 1994) al familiarizarlos con la gramática del lenguaje escrito, desarrollar conciencia del material impreso, aprender sobre la estructura de las palabras, enriquecer su vocabulario y conocer las reglas del discurso (Evans y Saint-Aubin, 2013).
Cuanto antes se tenga contacto con la lectura, mayores serán las oportunidades de ser un lector eficaz y de lograr el éxito escolar.
Muchas veces se ha identificado la lectura fluida como la lectura veloz y sin errores; sin embargo, la fluidez lectora se puede definir como la habilidad para leer un texto con exactitud, de forma automática y con la prosodia adecuada (Ferrada, N.; Outón, P. 2017) y a este tercer componente no se le suele prestar tanta atención. Así pues, leer de manera expresiva o con buena prosodia se considera una de las características básicas de la fluidez lectora, junto a la precisión y a la velocidad
(Kuhn, Schwanenflugel, & Meisinger, 2010; National Reading Panel, 2000). La investigación ha demostrado que los/as niños/as con una buena prosodia de lectura tienen una mejor comprensión de lo que cabría esperar basándose únicamente en sus tasas de lectura (Miller y Schwanenflugel, 2006, 2008; Schwanenflugel et al., 2006; Benjamin y Schwanenflugel, 2010; Benjamin et al., 2013).
Los rasgos prosódicos en lectura comienzan a aparecer en los primeros años de aprendizaje lector, desarrollándose en paralelo a otras habilidades lectoras y perfeccionándose a lo largo de la etapa de educación primaria (Miller & Schwanenflugel, 2008).