Fonética/fonología – Aspectos metodológicos

Desde un modelo colaborativo de trabajo, la comunicación, coordinación, evaluación, intervención y toma de decisiones conjunta con el/la especialista en Audición y Lenguaje, las tutorías y la familia, será la mejor garantía para el óptimo desarrollo del lenguaje en general y del habla en particular.

Se utilizarán aquellos contenidos que estén superados por más del 90% del alumnado de cada franja de edad (en negrita en las tablas).

No se busca la puesta en marcha de actividades sobre todos y cada uno de los contenidos propios de cada edad, sino colaborar para que un trabajo en el aula pueda incidir sobre lo necesario, es decir, lo que en colaboración con el profesorado de Audición y Lenguaje, se decida que favorecerá el habla de un alumno o alumna o de parte del alumnado.

Una vez identificados los contenidos diana, se trabajará por grupos de sonidos fundamentalmente a partir del punto de articulación (bilabiales, dentales,…) y/o del modo (nasales, fricativas, oclusivas,…).

Hay alumnado que puede necesitar una exposición más detallada para la colocación de los órganos que intervienen o para la realización de un determinado fonema.

Se propone la utilización fundamentalmente de palabras que contengan los sonidos, sílabas, etc. a trabajar y no sonidos aislados o sílabas únicamente. Elegir bien estas palabras es uno de los quehaceres más importantes ya que se ha de buscar que sean óptimas para lo que se quiere trabajar.

Trabajar desde  planteamientos lúdicos que permitan discriminar auditivamente entre fonemas, subrayando asimismo contrastes por el modo o punto de articulación y ayudando a distinguirlos también con gestos de apoyo a la articulación.

De manera general, no es necesario realizar actividades de soplo o dirigidas a la motricidad de los órganos articulatorios.

Para apoyar el desarrollo fonético-fonológico del alumnado en general, pero sobre todo del alumnado que demuestra más necesidades, es recomendable tener en cuenta algunas pautas de interacción.

Los contenidos del Programa (los distintos componentes del lenguaje)  se imbrican unos con otros, como es natural. Unos tienen efecto sobre otros. En este sentido, es fácil constatar que algunos de ellos son fácilmente aprovechables para mejorar el habla porque directamente se dirigen a prestar atención a la forma de las palabras, a sus sonidos y a cómo se encuentran secuenciados: conciencia fonológica, denominación rápida (mediante la que se puede favorecer la articulación-producción de sonidos o secuencias objetivo), la conciencia morfológica, el conocimiento de las letras y la conversión grafema-fonema,…

Se consideran los 6 años como la edad en la que se completa el proceso de adquisición fonológica (con las excepciones que aparecen en la tabla de esa edad) pero esto no quiere decir que exista ese tiempo de espera para que se superen por sí mismas las dificultades de habla. Para cada edad habría que considerar lo esperable para dicha edad.