El alumnado con limitaciones en la movilidad engloba a un grupo muy diverso con características a veces muy diferentes unos de otros y con singularidad propia.
Dada la heterogeneidad de este alumnado, nos podemos encontrar desde alumno/as con escasa movilidad, ausencia de lenguaje y problemas asociados, hasta alumnos/as que solo presentan un pequeño retraso motor y/o dificultades de motricidad fina.
La evaluación se adaptará por tanto a las características de cada alumno/a que a su vez determinarán que Instrumentos son los más adecuados para realizar la valoración de sus necesidades.
Las pruebas estandarizadas tienen una serie de limitaciones al utilizarse con parte de nuestro alumnado, por tanto deben ser complementarias a otros procedimientos de evaluación.
Será necesario combinar instrumentos estándar con procedimientos menos formales sin olvidar que debe ser una evaluación interdisciplinar con la colaboración de todos los profesionales que intervienen con dicho alumnado: Maestros de AL y PT, Fisioterapeutas, Orientadores, Cuidadores y Profesorado de diferentes especialidades.
En una parte de nuestro alumnado tendrán que ser pruebas sin límite de tiempo, que requieran una leve respuesta motora, adaptadas a su capacidad expresiva y capacidades manipulativas
La evaluación debe ser funcional, centrada en la valoración de las capacidades y potencialidades del niño o niña así como de su entorno.
Por lo tanto hay que valorar tanto al niño/a como todas las adaptaciones en los elementos de acceso y el uso de ayudas técnicas que van a facilitar al alumnado la consecución de los objetivos del currículo
Cuanto mayor ajuste haya entre las necesidades del alumnado y la adecuación del contexto escolar más normalizada será la respuesta educativa.