La evaluación psicopedagógica del alumnado con necesidades educativas especiales asociadas a discapacidad intelectual debe basarse en los indicadores acordados desde la comunidad científica.
La finalidad última no debe ser el etiquetado sino el establecimiento de las ayudas que precise para alcanzar su máxima potencialidad y ante todo una escolarización lo más plena posible de experiencias positivas que sea capaz de ajustarse a cada individuo.
Para poder establecer un diagnóstico de la discapacidad intelectual se utilizan los criterios de:
– AADID (Asociación Americana sobre Discapacidades Intelectuales y del Desarrollo) con su publicación sobre Discapacidad intelectual: definición, clasificación y sistemas de apoyo.
– DSM-IV-TR Manual Diagnóstico y Estadístico de las Trastornos Mentales (Asociación Americana de Psiquiatría APA, 2013).
– El DSM 5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de las Trastornos Mentales) lo engloba dentro de los Trastornos del Neurodesarrollo y en él define la discapacidad intelectual (trastorno del desarrollo intelectual, como un trastorno que comienza durante el período de desarrollo y que incluye limitaciones del funcionamiento intelectual como también del comportamiento adaptativo en los dominios conceptual, social y práctico.
– CIE-10 (Organización Mundial de la Salud) clasificación utilizada desde los Centros de Salud.
Se pretende favorecer, en todo caso, una definición no tanto clasificatoria como multidimensional que aporte información sobre las ayudas a plantear. Estos criterios contemplan que existe diagnóstico de discapacidad intelectual si se concluye que:
- Hay limitaciones significativas del funcionamiento intelectual.
- Hay limitaciones significativas de la conducta adaptativa.
- La edad de aparición es antes de los 18 años.
La determinación de limitaciones significativas, tanto en inteligencia como en conducta adaptativa, se refiere a una puntuación de dos desviaciones típicas por debajo de la media, lo que supone utilizar también medidas estandarizadas de conducta adaptativa baremadas con la población general.
Esta limitación puede manifestarse tanto en una medida general estandarizada que englobe habilidades conceptuales, prácticas y sociales, como en uno solo de esos tipos de habilidades.
En cuanto a las habilidades adaptativas, una apreciación adecuada de la conducta adaptativa requiere obtener información adicional de los padres, profesores, y otros datos de observación.
La finalidad última no debe ser el etiquetado sino el establecimiento de las ayudas que precise para alcanzar su máxima potencialidad y ante todo una escolarización lo mas plena posible de experiencias positivas que sea capaz de ajustarse a cada individuo a lo largo de toda su vida.
Incluimos aquí una relación de pruebas para llevar a cabo esta evaluación desde Educación Infantil hasta Educación de Personas Adultas.