El trastorno del lenguaje es un trastorno muy heterogéneo, que incluye alteraciones en uno en varios componentes del lenguaje: fonética, fonología, morfología, sintaxis, léxico, semántica y pragmática con diferentes grados de afectación; esta variabilidad complica el establecimiento de unos criterios claros y concretos, para poder decidir, si un niño/a presenta retraso o trastorno específico.
La evaluación requiere un proceso de recogida de información relevante, de análisis y de valoración de la misma, con la finalidad de identificar las Necesidades Especificas de los alumnos con Dificultades del Lenguaje Oral y tomar decisiones sobre su plan de intervención.
Es fundamental partir de un conocimiento de los aspectos evolutivos de la comunicación y del lenguaje, de los rasgos que caracterizan las etapas del desarrollo normal del lenguaje, con una interpretación no aislada o descontextualizada, sino global que contemple las múltiples variables implicadas en la comunicación y el lenguaje.
En general, los autores proponen tener en cuenta los criterios evolutivos para diferenciar retraso del trastorno, delimitar el desarrollo y detectar síntomas de alarma (comprensión, vocalizaciones, léxico) en distintas edades (1)
Todas estas circunstancias hacen que la evaluación e identificación del alumnado con TEL sea muy compleja y requiera de unos criterios cuantitativos como cualitativos, para identificar sus necesidades educativas específicas.
El TEL se incluye en los manuales (DSM) de la American Psyquiatric Association), como Trastorno de la Comunicación. En el DSM-IV, se contempla en el grupo de los Trastornos de Inicio en la infancia, niñez o adolescencia; en el DSM-5, en cambio, se contempla en el grupo de los Trastornos del Neurodesarrollo (trastornos con origen en el período del desarrollo con dificultades en áreas específicas) atendiendo al modelo menos categorial y más dimensional de esta última versión.
Para determinar el diagnóstico del Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) se utilizan los criterios de la A.P.A. incluidos en el DSM-IV y DSM-5.
PROPUESTA DE EVALUACIÓN.
La propuesta de evaluación que se plantea en esta guía incluye distinto tipo de Evaluaciones: evaluación psicopedagógica, evaluación general y específica del lenguaje, tanto en la vertiente comprensiva como en la expresiva, evaluación curricular, ámbito socioemocional y contexto familiar y escolar.
Todas combinan uso de pruebas estandarizadas o test, así cómo análisis de perfiles a partir de registros. Además es conveniente complementarla con una muestra de lenguaje espontáneo.
OBJETIVOS DE LA EVALUACIÓN:
La evaluación consistirá en:
- Conocer el nivel de desarrollo del alumno/a en los diferentes componentes del lenguaje, y en sus dos vertientes, comprensiva y expresiva.
- Establecer una línea base de todos los parámetros del lenguaje
- Identificar si se trata de un posible trastorno o bien de un retraso, teniendo en cuenta la evolución del niño/a y su respuesta al tratamiento.
- Identificar las necesidades específicas del alumno/a.
- Establecer un plan de intervención en función de sus necesidades, en el que se identifiquen las ayudas que facilitan la recepción, la comprensión y expresión del lenguaje.
- Identificar las ayudas que facilitan la recepción, la comprensión y expresión del lenguaje.
MOMENTOS DE EVALUACIÓN.
La evaluación psicopedagógica es prescriptiva realizarla al finalizar las etapas de Educación Infantil y de Primaria, y siempre que se necesite para valorar la evolución del alumno a lo largo de su escolaridad
(1) AGUADO, G.: Criterios para la identificación del TEL, en TEL: retraso del lenguaje y disfasia. Aljibe. Málaga.1999.