No se debe olvidar que, dado el carácter único de cada problema de comportamiento, resulta difícil establecer un programa tipo que aborde la gran diversidad de los problemas comportamentales. Reconociendo está dificultad, en este apartado se ofrece un abanico de propuestas, sugerencias y pautas a educativas que permiten elaborar intervenciones en el ámbito conductual con un carácter más específico.
De cualquier manera las distintas fórmulas explicitadas en este documento no deben entenderse como modelos a trasladar tal cual, sino como experiencias que deberían animar a diseñar modelos propios ajustados a las peculiaridades, necesidades y posibilidades de cada contexto escolar.
1. INTERVENCIÓN EN EL ÁMBITO COMPORTAMENTAL:
La evaluación conductual nos permitirá concretar las conductas problemáticas, y establecer las posibles variables que las mantienen. La intervención para la regulación de las conductas desajustadas exige realizar una selección y priorización previa de las mismas y dirigir la atención y esfuerzo en esa dirección.
Elaborar un plan de modificación de conducta supone identificar previamente las conductas objeto de modificación, observarlas, registrarlas y programar todas aquellas técnicas o procedimientos encaminados a producir el cambio deseado, la extinción o mantenimiento de las conductas. En este momento del proceso debe tenerse en cuenta:
- Si se trata de implantar, aumentar, disminuir o eliminar una conducta o habilidad.
- Las características individuales del alumno y el medio en el que se va a intervenir, realizando por ello un análisis del contexto escolar en el que se presenta la conducta problemática.
- Marcar metas asequibles y de carácter inmediato en la medida de lo posible.
Es preciso señalar que ninguna de las técnicas que se describen en este documento debe ser aplicadas de forma exclusiva sino que, en gran parte, la eficacia del programa va a depender de la combinación ajustada de varias de ellas. su aplicación nunca debe realizarse de forma aislada, siempre se complementarán con estrategias y medidas de carácter académico-curricular, afectivo-emocional y social.
1.1 Definir los objetivos de la intervención:
- Aplicando criterios de priorización realista y
- Estableciendo que conductas quieren reducirse y cuáles se desea implantar o aumentar.
1.2 Considerar qué se puede hacer para lograrlo
Tanto mediante planteamientos que eviten o reduzcan la probabilidad de aparición de conductas no deseadas gracias a la utilización de mecanismos alternativos o incompatibles con ella, como a través de pautas y procedimientos recomendables para intervenir y que pueden organizarse en torno a:
- Técnicas de carácter operante: Modelamiento, encadenamiento, reforzamiento diferencial de tasa baja, reforzamiento diferencial de conductas alternativas o incompatibles, principio de Premack, extinción, costo de respuesta, tiempo fuera, sobrecorrección, organización de contingencias.
- Técnica de aprendizaje observacional: Modelado, entrenamiento de habilidades sociales, entrenamiento asertivo, autoobservación y autorregistro, autocontrol emocional, entrenamiento en relajación.
- Procedimientos cognitivos: Autoinstrucciones, reestructuración emocional cognitiva, resolución de conflictos, análisis de consecuencias, métodos paso a paso.
1.3 Valorar si se ha tenido en cuenta todo lo necesario:
1.4 Aplicar las decisiones adoptadas teniendo en cuenta:
- La aparición de posibles repuntes en las conductas desadaptadas y reactividad inicial negativa.
- La necesidad de establecer niveles intermedios de logro.
- La coordinación y sistematización del proceso a seguir.
1.5 Anticipar qué se va a hacer si algo no funciona mediante:
- El establecimiento de un proceso de seguimiento y revisión planificado que evalúe como evolucionan los niveles intermedios de logro, subsane posibles dificultades de aplicación y reconduzca los planteamientos no operativos o contraproducentes.
- La disposición a entender que las situaciones problemáticas suelen ser complejas y necesitadas de análisis recurrentes y actitudes perseverantes.
1.6 Evaluar los logros obtenidos valorando:
- Si las conductas intervenidas se acercan a los objetivos pretendidos (comparativa entre los niveles que situaban la línea base con los niveles logrados con la intervención)
- Si el tiempo trascurrido exige una revisión de lo planteado por falta de resultados positivos.
- Si aparecen efectos negativos no previstos.
1.7 Establecer cómo va a desvanecerse la ayuda para:
- Procurar sustituir las circunstancias artificiales articuladas durante la intervención por aquéllas que son naturales.
- Asentar los logros alcanzados y generalizarlos en lo posible a cualquier situación ordinaria.
1.8 Seguimientos:
El seguimiento de la evolución del alumno y de la eficacia y adecuación de los programas y acciones emprendidas debe ser diseñado desde el inicio de la intervención, estableciendo momentos concretos para la valoración. El seguimiento incluye, entre otras tareas:
- El análisis de la eficacia de las estrategias, pautas y medidas utilizadas; las decisiones acerca del mantenimiento o modificación de éstas
- La previsión de estrategias para la generalización de los progresos
- La coordinación con familias, entidades y profesionales externos al ámbito escolar que trabajan con el alumno
Hay que resaltar que está comprobando experimentalmente que la coherencia en las pautas y en las actuaciones, así como la consistencia en las mismas, aportan una mayor probabilidad de éxito. Una de las formas de asegurar dicha coherencia entre los distintos entes relacionados (salud, educativo y familiar) y consistencia en el tiempo, pasa por el trabajo de coordinado entre los implicados. Todos los profesionales y los padres deben trabajar «al unísono», manejar la misma información, realizar análisis conjuntos y adoptar las medidas de forma consensuada.
2. OTROS ÁMBITOS DE INTERVENCIÓN
En los centros educativos, la respuesta en el ámbito comportamental se debe complementar con actuaciones en el ámbito socioemocional y en el académico-curricular, si hubiese necesidades educativas de intervención en dicho ámbitos.
2.1. Ámbito socioemocional
La educación tiene lugar en un contexto social. Los comportamientos de los alumnos, los de los profesores y la interacción social que se establece entre ambos son factores que configuran y condicionan el desarrollo personal y académico de todo el alumnado.
Algunas pautas y estrategias educativas para trabajar los aspectos socioemocionales podrían ser las siguientes:
- Organizar el aula para favorecer las relaciones: Diseñando agrupamientos, eligiendo la mejor ubicación para el alumno, organizando el uso de espacios y materiales comunes…
- Mejorar el clima de clase: Actitudes del profesorado, estilo de autoridad, estableciendo normativas que regulen el funcionamiento del aula; reforzando el trabajo y las actividades de los alumnos…
- Mejorar la cohesión grupal: A través de propuestas de trabajo en grupo (trabajo cooperativo, grupos interactivos), tareas que conlleven la consecución de un objetivo o meta común, en definitiva, estrategias para garantizar el éxito colectivo y personal.
- Desarrollar dinámicas de participación e implicación en la vida escolar: con la asignación de responsabilidades entre el alumnado, la realización de actividades de participación pautada, la participación en la gestión y toma de decisiones del aula
- Desarrollar habilidades sociales: Por medio del seguimiento de programas específicos, diseño de actividades comunicativas, ofrecer oportunidades y experiencias de relación asertiva, democrática y positiva.
- Mejorar el autoconcepto y la autoestima del alumno, aumentar la tolerancia a la frustración…
2.2. Ámbito académico-curricular:
La interrelación entre aprendizaje y desajuste comportamental es evidente: es muy probable que un alumno que no aprende, manifieste problemas desajustes comportamentales, e igualmente que un alumno manifieste problemas de comportamiento aprende generalmente menos que los demás. La reflexión sobre aspectos importantes tales como la adecuación o no de la metodología empleada; la existencia o no de un desajuste entre las capacidades y conocimientos del alumno y los objetivos y contenidos que pretendemos que aprenda; o el ajuste de las estrategias de aprendizaje a las condiciones del alumno… resultan fundamentales para diseñar la respuesta educativa de este ámbito.
- Tener en cuenta las variables atencionales: controlar los elementos físicos, las variables distractoras, la organización del aula, el diseño de la actividad, las estrategias didácticas en relación a las instrucciones y las explicaciones, aplicando técnicas de ayuda y control directo y técnicas para desarrollar la concentración. Considerar los hábitos de trabajo como contenidos de enseñanza aprendizaje.
- Ajustar la propuesta curricular para la adquisición de las competencias básicas en función de la zona de desarrollo próximo: seleccionando, ajustando o modificando los objetivos y contenidos, la organización y priorización de actividades y las estrategias metodológicas, los procedimientos y criterios de evaluación.
- Garantizar el éxito en las actividades: Gradación progresiva de las ayudas directas e indirectas, articulación de apoyos individuales y colectivos, planificación de apoyos anticipatorios y utilización de estrategias de motivación y refuerzo.