- La atención educativa se caracteriza por ser personalizada e individualizada adaptada a las características, intereses, situación afectiva o de salud y nivel curricular de cada uno de los niños y niñas hospitalizados.
- Nuestra intervención está sujeta siempre al principio de confidencialidad.
- La intervención educativa exige también al maestro/a del aula hospitalaria una capacidad de adaptación permanente.
- La flexibilidad y variabilidad son una constante en el medio hospitalario. Cada día el alumnado es diferente: edad, modelo lingüístico, cultura, centro, curso, nivel, situación personal…, convirtiendo esta diversidad en característica y recurso educativo al mismo tiempo.